I
Pudo ser.
pero estaba la espina,
eterna enemiga de la rosa.
Y sola, sin orillas,
la perdida corola de mi sueño.
Y fue.
En aquel pliegue triste
de mi sangre
donde, pálida quedó la sonrisa
que se hizo hielo
sobre su pecho ausente.
Obediente la rosa a su destino,
tuvo que ir mostrando
el candor de su rostro.
Te quemará el amor los huesos.
Niña del Aire!
Paloma del amanecer!
Ya que sólo en la sangre despierta
estará el germen creador defendido.
No caerá por eso
la estrella de tu mano.
Ligaduras humanas no detienen
tu rostro, ya salvado en mil edades.
Esbelta, en tu talle de ángel,
un río es la sangre de tus venas.
Agua que trae y que lleva
la quebrada raíz de la sombra.
Tus dedos nunca sabrán
rescatar el ademán que va perdido.
¿Qué semilla no encontró surco en tu mano,
ni inmaculado nido
en el hueco de tu rodilla?
Ningún camino aparta al cielo de su cielo.
Todo te alza a la altura de tu llaga.
Conmigo. Contigo. Sola.
Atada va la sangre
a raíces que no entiende.
II
Ya ves cómo
mi pecho ilumina
una verdad tremenda.
Los ángeles que pasean por mi sangre
son ángeles rebeldes.
Y me humilla tu rostro atado
y tu corazón cerrado
por un mandato de siervos.
Cuando yo oí me dijeron:
Pequeña: No le niegues al amor tu cara.
Sólo así tu flor tendrá polen
y flotará libre,
goteando muchedumbres,
tu cara creciendo con la hierba.
Distintos son los rumbos de la carne
y sólo el viento salvará
a tu pie, que en la ceniza
quedó extraviado. . .
Criatura de mi amor!
Sólo cuando el fuego
te lleve hasta mi grito,
recuperarás intacta
la espiga que dentro
de tu piel madura.
Fuera necesario morirme y no quererte.
Golpearme la espalda
y atar mi lengua
para no decirte
que están llorando en ti los brotes
y detenidos los arroyos,
porque le niegas al surco
lo que es del surco.
III
Me oyes!
¿Me estás oyendo lo que te digo yo?
La que quisiera detener el canto
y dejar que la muerte decorara
hasta mi desnudo vientre.
Antes de mirarte de tan lejos,
desde donde
hay un planeta que se quiebra
entre mis dedos.
Y no pude decirte más.
Me dolían todas mis marcas.
Y sin saberlo, empecé a despedirme,
a despegarme
de los resabios de mis pies,
por tus mismas palabras.
De repente, algo fue distinto.
Ni tú te llamaste tú
ni yo me llamaba yo.
El barro crecido
nos unía y separaba
en mil anillos
de diferente edad.
Hubiera querido amarrarme a ti
y no preguntarte nada.
Dejar inconclusa
la vid que conmigo crece.
Pero había, entre nosotros dos,
una espada arisca,
que no me lo permitió!
La palabra iba suelta
en el aire,
indestructible
dentro de mi llanto.
Es tan fácil herirme,
que un pequeño ruido
de cristal lo logra.
Basta que tu inmóvil
faz se mueva.
Y no me sientas subir,
estremecerme
con los ojos cerrados.
Reemplazar quisiera esta sangre
por otra sangre que te tocara las raíces,
y te dejara desnudo mi ramo de huesos
limpios
de todo lo que no fuera
una inocente corteza
que acatara tu latido.
IV
Despacio,
que está madurándose
la criatura de espuma
que se queja en mi entraña.
Copo a copo
voy cubriendo
de alta atmósfera
lo que vivirá,
aún detrás de la muerte.
La urgencia de mi paso
es un puro símbolo
-nada es mío-
una flecha me curva
dentro de tu amor.
¿No sientes deshojarse
pétalos dentro de mis sienes?
¿No sientes que mis manos
te adelantan la rosa,
el aroma y el tacto?
Y que mi sueño
es una arteria abierta
que calcina al gusano.
Y que precisas otro nombre
para encontrarte
con la sonrisa
de tu primer niñez.
Era eso lo que me faltaba decirte,
antes que tu amor
la boca me consuma.
Hablarte
de este doble vivir
en la noche y la trasnoche
de una sollozante bruma.
Nunca esperes que te traiga
una espina en la mano.
Para venir y para buscarte,
ya había dejado
todos los abrojos.
Flota en la luz de mi relámpago!
No olvides
que el paso frágil
de un milagro rápido huye.
Y que la vida que te pido,
no es tu vida,
sino que la copiosa,
inagotable.
La inmortal vida.
Buscando
voy dentro de tu fondo
al árbol que te viste
y te abraza y te estrecha.
y tal vez hasta te separa
de tu mejor forma.
Suarez, Clementina (1988) antología Con mis versos saludo a las generaciones futuras
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria UNITEC, Honduras
Clementina Suárez
jueves, 9 de diciembre de 2010
LA ENTREVISTA FINAL
En una entrevista hecha por Roberto Sosa a Clementina sobre la critica literaria en Honduras, comentaba que al no haber una política cultural bien planeada y organizada, todo marcha con grandes deficiencias, Creía que se podía pedir al Gobierno y a los mismos artistas, que fueran un poco más consecuentes en relación a su trabajo ya que ellos mismos son los que tienen que ir dando la pauta para encontrar en ello mismos la crítica de su obra.
Clementina era del pensar que ocasionalmente los suplementos de los diarios, algunos artículos de revistas hacían crítica. Pero que dentro de nuestras condiciones era muy difícil que alguien se dedicará a la crítica porque hay montada una labor de mutuos elogios. Una debilidad es la de ser individualistas; no trabajamos los artistas en comunidad, y esa actitud nos aísla de toda realidad.
El Poeta Sosa le preguntaba en su entrevista a esa connotada escritora a su juicio quienes eran los escritores y poetas hondureños, de las diferentes épocas más relevantes. Haciendo un recuento de lo leído manifestaba, con toda claridad, creo que Alfonso Guillén Zelaya, Ramón Amaya Amador, Medardo Mejía, Froylán Turcios, Juan Ramón Molina, fueron escritores que fomentaron nuestras inquietudes y que tenían los ojos puestos en una nueva patria.
Al referirse a los escritores extranjeros que más han influido en la formación de los escritores hondureños, la Poeta era del pensar que los que lograron despertar conciencia y estar completamente claros en que su obra tenía que tener los ojos puestos en la realidad de su pueblo fueron Pablo Neruda, Cesar Vallejo, Miguel Ángel Asturias entre otros.
Sobre los escritores que viven de su trabajo Clementina pensaba que ninguno, ya que algunos escritores, comentaba, escriben algunos artículos en los diarios pero pésimamente remunerados, y que jamás sería posible vivir con ello. Con lo que los Escritores y Poetas logran defenderse, es con la docencia en Los Colegios y Universidades,; los demás deambulan de un lado a otro buscando acomodo, en las más difíciles condiciones.
En cuanto al periodo más importante en la historia literaria de Honduras consideraba que todos los días se avanza aunque lentamente y nos concretamos con fuentes ascendentes y renovadoras del mundo entero. Por lo menos ahora el escritor esta teniendo un sentido más universal.
Finalmente le contaba al Poeta Roberto Sosa que creía que el grado de estimación del público a sus Poetas Y escritores era afectivo. Y el escritor o poeta se debía sentir compensado con cariño.
Pineda de Gálvez, Ada Luz. (1998) Honduras: Mujer y Poesía/Antología de Poesía Escrita por Mujeres 1865 – 1998 Editorial Guardabarranco
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria UNITEC, Honduras
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria UNITEC, Honduras
CANCIÓN MARINA SIN ESPUMA
Hoy,
si acaso el mar existiera
el mar sería un río negro.
Hoy cuando yo digo mar
es como si dijera sangre.
el mar sería un río negro.
Hoy cuando yo digo mar
es como si dijera sangre.
Anudados en mi garganta
tengo collares de sal.
Ya todas las olas saben
que mi llanto bajó al mar.
tengo collares de sal.
Ya todas las olas saben
que mi llanto bajó al mar.
Aguas en mareas altas,
galopando por los aires.
Aguas claras, claras aguas,
¡si me lavaran el mal!
galopando por los aires.
Aguas claras, claras aguas,
¡si me lavaran el mal!
Quebrándose en tus espaldas
están todos mis paisajes.
Copiándome estrellas negras
están espejos cobardes.
están todos mis paisajes.
Copiándome estrellas negras
están espejos cobardes.
¡Ay! Cómo bien quisiera
hundirme en tu pleamar.
Arrancar clavos de sangre
en una espalda del mar.
hundirme en tu pleamar.
Arrancar clavos de sangre
en una espalda del mar.
Biografía: Clementina Suarez (2010, mayo 9) La Tribuna Cultural
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria UNITEC, Honduras
EL TIEMPO
El tiempo ha pasado sobre mi cuerpo
y ha hecho que mis tobillos pierdan toda su gracia
y los pasos se vuelvan lentos e indecisos,
que los días, las horas, vayan cerrando mis rutas
y que sonámbula, me dejen transitado sola
en la sombra, sin horizonte,
mirando con ojos que son dos espejos turbios.
y los pasos se vuelvan lentos e indecisos,
que los días, las horas, vayan cerrando mis rutas
y que sonámbula, me dejen transitado sola
en la sombra, sin horizonte,
mirando con ojos que son dos espejos turbios.
Lenta, pero armoniosamente envejezco;
más tarde, más temprano todo naufraga,
sin sentirlo se va cambiando de hábitos
la cabeza descansa en la almohada
y en el lecho se acurruca el cuerpo vencido.
más tarde, más temprano todo naufraga,
sin sentirlo se va cambiando de hábitos
la cabeza descansa en la almohada
y en el lecho se acurruca el cuerpo vencido.
La agilidad de gacela es sólo un recuerdo
en el zapato vacío a la orilla de la cama.
Pero algo guardo dentro y fuera de mí.
El tiempo, oh Dios, ha respetado
mi alegría de vivir,
mi sueño y mi encanto.
en el zapato vacío a la orilla de la cama.
Pero algo guardo dentro y fuera de mí.
El tiempo, oh Dios, ha respetado
mi alegría de vivir,
mi sueño y mi encanto.
Biografía: Clementina Suarez (2010, mayo 9) La Tribuna Cultural
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria; UNITEC,Honduras
AL PIE DE TU VENTANA
Me acerqué silenciosa, temblando a tu ventana
sin odios, sin rencores, sin penas ni rencillas.
Llamé toda la noche y la luz de la mañana
me sorprendió frente a ella, cansada, de rodillas.
Llamé toda la noche y la luz de la mañana
me sorprendió frente a ella, cansada, de rodillas.
Vanas fueron mis súplicas e inútil fue mi llanto
y sin resentimientos de tu alma me alejé.
Me abracé a la mañana y en su luz mi quebranto
con lágrimas dolientes por siempre sepulté.
y sin resentimientos de tu alma me alejé.
Me abracé a la mañana y en su luz mi quebranto
con lágrimas dolientes por siempre sepulté.
Te quedaste solo, porque jamás quisiste
descifrar lo que en el alma de la mujer existe,
y yo seguí mi camino, tras la estrella lejana
descifrar lo que en el alma de la mujer existe,
y yo seguí mi camino, tras la estrella lejana
que enfila mi existencia por caminos floridos…
Ya no oirás más lamentos, ya no oirás más quejidos
ni súplicas, ni llantos al pie de tu ventana.
Ya no oirás más lamentos, ya no oirás más quejidos
ni súplicas, ni llantos al pie de tu ventana.
Tardé mucho en saber lo que era patria
Mírase en la Patria el hombre
¿O sólo busca testimonio de su rostro en ella?
Dicen que solamente ella escuda
y gotea victoria o vencimiento en nuestras venas.
Que en todo ir y venir su tierra y su agua
se nos pone enfrente.
Como si solamente debajo de su patio
los cuchillos adversos no pudieran herirnos.
¿O sólo busca testimonio de su rostro en ella?
Dicen que solamente ella escuda
y gotea victoria o vencimiento en nuestras venas.
Que en todo ir y venir su tierra y su agua
se nos pone enfrente.
Como si solamente debajo de su patio
los cuchillos adversos no pudieran herirnos.
Esto todo es mentira. La patria se va recorriendo despacio,
Descubriendo con cuidado, y una vez adquirida
Ya no está jamás lejana,
Ni se gasta y compone a nuestro antojo.
Esa no puede destruirse, porque ya está totalmente construida
y no debe su grandeza a los mitos groseros de la especie.
Descubriendo con cuidado, y una vez adquirida
Ya no está jamás lejana,
Ni se gasta y compone a nuestro antojo.
Esa no puede destruirse, porque ya está totalmente construida
y no debe su grandeza a los mitos groseros de la especie.
Tardé mucho en saber lo que era Patria
los rencores abrían y cerraban mis ojos.
Esclavitud y libertad eran los nombres,
en que mi inédito pecho caía de bruces.
los rencores abrían y cerraban mis ojos.
Esclavitud y libertad eran los nombres,
en que mi inédito pecho caía de bruces.
Hoy solamente sé que habitas donde yo habito
y que nada te desclava,
que eres la mordedura con que sufro y gozo
donde recojo mensajes y deshojo calendarios
para afirmar que existes y que debes existir
como yo quiero que existías, entre sal y miel,
sudor y sangre.
y que nada te desclava,
que eres la mordedura con que sufro y gozo
donde recojo mensajes y deshojo calendarios
para afirmar que existes y que debes existir
como yo quiero que existías, entre sal y miel,
sudor y sangre.
Ya para entonces, si es que hay entonces,
camino adelante tal vez regrese
y nuevamente atraviese Patria
las aguas de tu puente.
camino adelante tal vez regrese
y nuevamente atraviese Patria
las aguas de tu puente.
Biografía: Clementina Suarez (2010, mayo 9) La Tribuna Cultural
Andino, A. (2010) Apreciación Literaria; UNITEC, Honduras
Bibliográfia
-Gold, Janet (1982) Clementina Suarez: Su lugar en la Galería de Mujeres Extraordinarias editorial talleres Tipo-litográficos
-Gold, Janet. (2001) Retrato en el Espejo, Una biografía de Clementina Suarez
-Umaña, Helen (2010) Vida y Obra de Clementina Suarez
-Suarez, Clementina (1988) antología Con mis versos saludo a las generaciones futuras
-Argueta, Mario(1993) Diccionario Crítico de Obras Literarias , (Primera edición) Editorial Guaymuras pag 49,52,53
-José González (2004/2001) Diccionario de Literatos Hondureños (2 Edición) Editorial Guaymuras
-Morazán, Miguel (2004) Clementina Suarez extraído el 3 de diciembre, 2010 de http://www.rotarytegucigalpasur.org/el_edificio.htm
-Pineda de Gálvez, Ada Luz. (1998) Honduras: Mujer y Poesía/Antología de Poesía Escrita por Mujeres 1865 – 1998 Editorial Guardabarranco
-Suarez, Clementina (1930) Corazón Sangrante (Primera Edición)
-Biografía: Clementina Suarez (2010, mayo 9) La Tribuna Cultural -Paredes, Rigoberto; Armijo,Roberto (1990) Antología Poesía Contemporánea de Centroamérica
Andino,A (2010) Apreciación Literaria; UNITEC, Honduras
Andino,A (2010) Apreciación Literaria; UNITEC, Honduras
Los Artista Plásticos la Retratan
Acuarela Francisco Amishetti (Costa Rica)
Dibujo Roberto de la Cea (México)
Oleo Fernando Lecil (México)
Oleo Miguel Angel Ruiz (Honduras)
Oleo Jorge Gonzales Camaren (México)
Oleo Esteban Valderranza (Cuba)
Oleo Bengan Gomes (Honduras)
Oleo Carlos Garay (Honduras)
Dibujo Coloreado Laura (México)
Gold, Janet (1982) Clementina Suarez: Su lugar en la Galería de Mujeres Extraordinarias
Andino, A(2010) Apreciación Literaria; UNITEC, Honduras
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